El Alebrijeario

Por Alberto Pelcastre

 

Proyecto: El Alebrijeario
Cliente: Alberto Pelcastre
Elementos diseñados: Logo, isologo y Sitio web.
Ver proyecto en: instagram.com/elalebrijeario/

Acerca de los alebrijes

El origen de los Alebrijes
Los Alebrijes surgieron de los sueños delirantes que tuvo, durante una enfermedad que lo mantuvo en cama, Pedro Linares, originario de la Ciudad de México. Cuenta Don Pedro que en estos sueños aparecían seres mágicos formados por partes de diferentes animales, un burro con alas, una serpiente con cuernos, entre muchos otros. Además de las apariciones, recuerda Don Pedro, escuchaba una y otra vez la palabra Alebrijes, Alebrijes, ¡Ahí vienen los Alebrijes!

Los alebrijes toman forma a través de la cartonería.
Don Pedro, siendo cartonero de oficio, decidió representar lo que en esos sueños veía, estos animales fantásticos ricos en colorido y formas, como él bien lo sabía hacer, en cartonería. Éste oficio de crear las representaciones de los “Judas” que son quemados con fuegos artificiales durante la celebración del sábado de gloria en México, lo llevaría a trabajar para artistas de la talla de Diego Rivera, quien los coleccionaba y de los que todavía se puede apreciar alguno en el museo Casa Azul de Frida Kahlo.

La aportación oaxaqueña
Creados originalmente en cartonería, los Alebrijes fueron enriquecidos con el trabajo de artesanos oaxaqueños como Manuel Jiménez quien incorporó su trabajo en madera con la que hacía representaciones de Nahuales y Tonales propios de la cosmología zapoteca cuando fueron ampliamente difundidos en los pueblos de Oaxaca, especialmente en San Miguel Tilcajate donde, talleres familiares como el de Jacobo y María Ángeles, los han llevado a un nivel muy alto de manufactura por lo que han ganado reconocimientos nacionales e internacionales por sus piezas de artesanía.

Patrimonio cultural
En octubre de 2019 se denominó a los alebrijes patrimonio cultural de Ciudad de México con la presencia de Leonardo Linares, nieto del artista mexicano Pedro Linares, creador de los alebrijes, lo que representa un reconocimiento muy importante para la cultura y la artesanía mexicana.

Inspiración
En uno de mis incontables viajes a Oaxaca, descubrí un libro que inspiró mi proyecto actual: El Alebrijeario. La colaboración de dos grandes maestros a quienes admiro profundamente, Jorge Luis Borges por un lado y, por el otro, Francisco Toledo que, tiene como título Animales Fantásticos, sembraron en mí la curiosidad de, si podría y cómo abordaría yo un proyecto similar. Guardando todas las proporciones, por supuesto.

Imagen del libro Zoología Fantástica de Francisco Toledo y Jorge Luis Borges
©Artes de México, 2013.

Desafío creativo
Fue entonces que se me ocurrió la idea de crear un bestiario, muy a la mexicana, que permitiera la exploración de colores, formas y técnicas para representar seres similares. A este bestiario lo llamé El alebrijeario. Fue así como decidí imponerme un desafío creativo de largo aliento al hacer un Alebrije al día durante un año para terminar por crear 365 piezas. 

Mi aportación
No quería imponerme una técnica en particular para cumplir con semejante desafío, sin embargo, al explorar varias de ellas, decidí utilizar una combinación que inicia con el trazo en lápiz y papel, continúa con una digitalización para terminar con el trazo de formas geométricas y reticuladas, con una paleta de color limitada que, no obstante, me permitió desarrollar un lenguaje visual particular rico en colores y formas. Extraigo los conceptos generales de los Alebrijes del plano tridimensional para llevarlos al bidimiensional a través de una interpretación muy personal de estos especímenes mágicos. Decidí ponerles nombre y, en algunos casos, apellido, dotarlos de cualidades tangibles, de acercarlos a nuestra realidad o, lo que sería mejor aún, acercar nuestra realidad al mundo onírico de estos seres fantásticos.